jueves, 27 de enero de 2011

De por qué hay que saber elegir a los compañeros apropiados para determinados juegos.

Siento mucho que tengáis que leer esta entrada, por que es una de las "batallitas del abuelo Cebolleta", todavía estáis a tiempo de dejar de leer y abrir el Facebook para curiosear en las vidas de vuestros amigos.

Esta entrada trata más bien de una anécdota que nos sucedió a mi mujer y a mí en una de las jornadas lúdicas en un lugar de Barna, de cuyo nombre no quiero acordarme. (Un saludito con la mano para los amigos del club Kritik).

Una noche que teníamos libre (pudimos enchufar al niño), nos escapamos a Barcelona para pasar una noche dedicada a los juegos de mesa. Llegamos al lugar y como siempre que vamos de nuevo a un sitio, nos sentimos un poco extraños, no conocíamos a nadie y no sabíamos bien a que jugar. Nos sentamos en una mesa los dos solos e intentamos jugar un Agrícola pero fuimos incapaces de comprender las reglas entre mi mujer y yo (todavía esperamos ansiosos que alguien nos explique como jugar).

Encima de una mesa había un extenso catálogo de juegos a disposición del público y mientras mi mujer esperaba en la mesa, yo curioseaba con las cajas de juegos, cuando de repente llegó ÉL. Un chico con un leve tartamudeo me preguntó si nos importaba que se uniera a nosotros en aquella jornada lúdica a lo que yo le contesté que sí, pensando que cuantos más fuéramos más nos divertiríamos y en cierta manera así fue, pero no de la forma que esperaba.

Cogí de la mesa un juego de cartas narrativo que se llama Érase una vez (editado por Edge), que consiste en inventarse una historia o cuento utilizando cartas que pueden ser de lugares, eventos, personajes, etc., intentando llegar a un final que te viene determinado por otra carta.

El arma del delito.
Saqué las instrucciones y tras leerlas, expliqué como se jugaba a mi mujer y a nuestro improvisado compañero de juego, repartimos las cartas y empezamos a jugar. Todo transcurría con normalidad hasta que por fin empezó a jugar nuestro amigo, que pasó del leve tartamudeo al tartamudeo extremo. Debo decir ante todo que esta entrada no tiene la intención de hacer mofa de la gente con problemas de tartamudez, pero realmente era pura ironía el jugar a un juego narrativo (en el que lo único que hay que hacer es hablar y hablar) con una persona tartamuda y además en un alto grado. Mi mujer y yo nos mirábamos mientras él jugaba y a pesar de que el juego realmente se hizo más que tedioso, teníamos que mordernos los labios para no estallar en carcajadas viendo en lo absurdo de la situación en la que involuntariamente nos habíamos metido.

Posteriormente y tras una laaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaarga partida de Érase una vez, cogimos de la mesa esta vez un juego de Knizia muy catalán, el Castellers (editado por Devir).

Lo siento, pero le he cogido tirria.

Nuestro nuevo compañero por lo visto ya había jugado anteriormente al juego y decidió explicárnoslo... Realmente nos pasamos más tiempo escuchando la explicación que jugando al juego, quizás por eso le cogí un poco de tirria al juego, quizás debiera haber cogido las instrucciones y habérmelas leído, pero tampoco queríamos hacerle un feo a nuestro amigo lúdico e intentamos llevar la explicación con toda la normalidad que podíamos.

Terminamos la noche no demasiado tarde y volvimos a casa riendo en el coche, recordando lo absurda y surrealista que había resultado aquella sesión lúdica.






4 comentarios:

  1. Buenas,

    Siento que vuestra experiencia en el One night fuera un poco... ¿extraña? pero espero que a pesar de eso os lo pasárais bien y tengáis ganas de repetir otro día (tenemos One night el 12 de febrero...)

    Si venís a éste o otro evento, buscadme y hablamos, que yo siempre estoy entre recepción/cocina y las mesas explicando juegos y os busco compañeros con los que jugar!

    ResponderEliminar
  2. Bueno, en ningún momento me pareció negativa la experiencia, hemos tenido la mala suerte de no haber podido asisitir a más One Nights, pero ha sido una cuestión de agenda nuestra (con niños peques es complicado), pero seguro que a la que podamos volveremos a repetir.

    Gracias por el ofrecimiento!

    ResponderEliminar
  3. Si tenéis un sábado libre y queréis pasaros por la Tecla Sala, avisadnos y estaremos encantados de enseñaros a jugar a Agricola.

    ResponderEliminar
  4. Ya estuvimos por ahí la semana pasada, en cuanto podamos volveremos, gracias igualmente por el ofrecimiento y por visitar mi humilde blog. Recojo el guante. ;)

    ResponderEliminar